La pintura refleja un diálogo entre el pasado y el presente. Las figuras estilizadas, casi totémicas, parecen estar grabadas en la historia, como ecos de una civilización perdida. Los colores tierra combinados con tonos de azul añaden una dimensión de profundidad, como si el espectador estuviera viendo capas de tiempo superpuestas. Las líneas y los detalles geométricos dan la sensación de que cada figura contiene un código, un mensaje oculto que se va desvelando lentamente a través de la textura y el color.
Acrílico sobre lienzo
60cm x 70cm
Obra única